La sonrisa es uno de los gestos más apreciados cuando de entablar una relación se trata. Por eso, vale la pena mostrarla e incluso es posible ensayar cómo se puede convertir en un arma de seducción. Hay sonrisas que enamoran. Esta afirmación no es ninguna exageración, sino que se está consolidando entre la gente acostumbrada a manejarse en el mundo de las relaciones sociales.
Sonreír para seducir, por lo tanto, no solo es que resulte un recurso muy útil cuando quieres dar un paso más en una de tus relaciones, sino que es ya un requisito para que llegue a buen puerto. A continuación, te contamos las claves relativas al poder de una sonrisa para las conquistas amorosas. Presta atención.
¿Por qué debes sonreír para enamorar?
Si quieres ligar, sonreír es una condición indispensable. De lo contrario, tus encuentros están abocados al fracaso. Ten en cuenta que la sonrisa es uno de los pocos gestos que combina belleza física y rasgos positivos de la personalidad.
A todos nos gusta tener una bonita sonrisa. Por eso, hoy en día vemos muchas inversiones en tener una dentadura blanca y simétrica. Recuerda que las sonrisas verdaderas pueden llegar a mostrar casi todos los dientes.
Quien se presenta con una sonrisa manifiesta sus buenas intenciones. Y esta predisposición positiva se transmite rápidamente a la persona con la que ha entrado en contacto. Sonreír, además, demuestra seguridad en ti mismo, una cualidad muy apreciada por los ligues.
No olvides, por otro lado, que reírse es uno de los gestos más saludables que hacemos al cabo del día. Es bueno para la circulación sanguínea, el corazón, la memoria y los músculos. Incluso sirve para quemar calorías.
Sonreír a tu pareja despierta su empatía, así que contribuye a poner por el buen camino una relación. Pero, como sucede con otros gestos, es importante que tus sonrisas se perciban como verdaderas.
Una sonrisa falsa es rápidamente detectada por cualquier persona con unas mínimas habilidades sociales. Si no te sale muy natural, puedes ensayarla poco a poco (acuérdate de que la sonrisa perfecta es la que se dibuja cuando sostienes un lapicero con tus dientes), pero siempre ha de tener un motivo.
Nos referimos a que, si no encuentras razones para sonreír, las imagines. O acuérdate de cosas que te dieron risa. Eso sí, no sonrías nunca con los labios cerrados, ya que se va a notar que lo haces por compromiso y queda muy mal.
Aparte de la sonrisa como mandan los cánones que te hemos comentado, también hay otra que llama mucho la atención. Toma nota de la que puedes esbozar como quien no quiere la cosa. Es una sonrisa tímida, pero seductora.
No la manifiestas con mucha expresividad, sino que la haces mientras miras a un lado. Y, cuando tu pareja la ha perdido de vista, vuelves a sonreír, con una intención de conquista clara.
En definitiva, hay sonrisas que enamoran por la belleza de sus rasgos físicos, pero sobre todo por su autenticidad. Así que ¡no lo dudes y sonríe a quien quieras enamorar!