La segunda cita es una gran olvidada en las planificaciones de las relaciones amorosas. Sin embargo, no deja de ser imprescindible para quienes desean que estas duren de una forma más o menos indefinida. Por eso, es importante tener en cuenta consejos para prepararla.
La segunda cita, por lo general, no aparece en ninguno de los manuales sobre dating que suelen consultar quienes quieren ir preparados a este tipo de encuentros. No obstante, tiene mucha más importancia de lo que la gente piensa.
Toda la vida hemos escuchado ese dicho que rezaba que la primera impresión es la que cuenta. Y no deja de ser verdad, puesto que sus sensaciones, por el descubrimiento de una nueva persona en nuestra vida, pueden llegar a ser inolvidables.
Pero la segunda impresión es otra cosa. Tiene más que ver con la ilusión de continuidad, sea como pareja sexual o compañera habitual, que pongas en esa persona que has conocido y se ha apoderado de tu corazón.
Sin duda, estos mecanismos se ponen en marcha también en las relaciones que empiezan en la web de citas online. En ellas surgen primeros encuentros que, si los protagonistas están de acuerdo, pueden desembocar en una segunda cita.
Y, aunque no lo creas, este segundo día juntos puede convertirse en el auténtico momento de la verdad de tu relación. Así que te aconsejamos que cuides tu desempeño en él con esmero para que no dé al traste con las posibilidades de pareja existentes. Presta atención.
Cómo y por qué cuidar la segunda cita
Analizar cómo se ha desarrollado la primera cita es fundamental para no meter la pata en la segunda. Seguramente, has echado el resto en la preparación de esta primera reunión, lo que puede haber generado una muy grata impresión sobre tu persona.
Sin embargo, vas a cometer un error si piensas que, por estas buenas sensaciones causadas, ya lo tienes todo hecho para las segundas y sucesivas citas. De hecho, pasa un poco lo contrario. Ten en cuenta que puedes haber creado unas expectativas demasiado altas.
Es posible que hayas elegido el traje que mejor te sienta y, lógicamente, no vas a querer repetir en tu segundo encuentro. También puede haber sucedido que tu comportamiento especialmente galante haya sorprendido y piensen que eres así siempre.
Diste tu mejor versión y ahora, en cierto modo, estás obligado a mantenerla. Incluso no tuviste ni que intentar amarrar esa segunda ocasión cuando acababa la primera, lo cual hubiera sido un grave error si lo haces muy descaradamente.
Lo hiciste tan bien que quedó claro que te lo iban a pedir a ti. Así que no puedes defraudar. No te relajes a la hora de plantearte esta segunda oportunidad, ya que tu pareja te va a analizar ahora con otros ojos. Te va a ver como un plan a medio plazo. Y tú también puedes valorar esta hipótesis.
No en vano, por eso has aceptado este segundo día juntos. Puedes modular tu discurso y empezar a mostrar, sin perder el atractivo del primer día, tu carácter más sincero.
En definitiva, ¡diseña una segunda cita que resalte tus cualidades!